Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán*
1.-Definición y connotación
El lenguaje es algo vivo. Las palabras caminan por las culturas como piedras que ruedan dejando -a su paso- de ser lo que eran. Las sociedades son las que inventan, usan y desarrollan esas palabras, además son las encargadas de modificarlas de acuerdo a necesidades distintas, nuevas connotaciones, particularidades, innovaciones o un aprovechamiento léxico diferente.
Soy un hombre de más de cuarenta años, por tanto moderno; no posmoderno, sobremoderno o hipermoderno. Para cuestiones del saber, entonces, dependo más de los libros que de la tecnología. Objetos a los que soy adicto; que atesoro y acumulo y que me desbordan. Cosas hermosas de papel llenas de palabras que guardan significados, conceptos e historias.
Acudo a uno de los muchos textos mágicos llamados diccionarios que saco de una segunda hilera de libros. Supongo que fue de alguno de mis hijos por el título: es un Larousse. Diccionario Escolar, fechado, según la página legal en 1989 (trigésima reimpresión).
Busco la definición de Competencia y encuentro tres significados:
- Rivalidad entre varias personas que persiguen el mismo objetivo.
- Conjunto de los que ejercen el mismo comercio o industria.
- Atribución para juzgar
Infiero algunas cosas teniendo en cuenta que se trata de un texto para alumnos pequeños y los veinte años de capitalismo salvaje, desde la caída del Muro de Berlín, que ya calan.
a) Que competencia es lo opuesto a términos como colaboración y solidaridad.
b) Que el mercado necesita invadirlo todo con términos afines. Es decir, extender dominio de una definición a otros campos, por ejemplo la educación.
c) Que la atribución de juzgar es distinto al de solo hacer, porque pasa por procesos de conocimiento que con frecuencia llevan a mirada crítica.
No encuentro en el viejo texto de cuatro lustros de existencia la palabra educación por ninguna parte.
2.- Medida y realización
En 1993, después de una serie de eventos académicos desafortunados quedé, sin que yo lo deseara, como responsable de una investigación educativa – que había obtenido un financiamiento de la Secretaría de Educación Pública y el Consejo de Ciencia y Tecnología- que tenía el lindo nombre de La competencia comunicativa en los libros de texto de tercer año de primaria. Yo lo único que sabía del tema es que los entonces maestros del Programa Académico de Educación Ambiental nos habíamos juntado en el despacho de mi padre a construir un protocolo entre todos, que lideró Alejandro Barrera. Él había tomado un curso sobre comprensión lectora con Frida Zacaúla Sampieri en la Universidad Nacional Autónoma de México y de ahí había extraído la idea. Yo quedé al frente básicamente por tener las condiciones institucionales que la convocatoria señalaba.
Ante la incompetencia para tal objeto de estudio fuimos a convencer a la Dra. Zacaúla para que nos diera luces académicas. Fue sin duda la mejor decisión de este proyecto y la que, a la postre, lo llevó a feliz puerto. Después de que aceptara, ella nos motivo a leer a Van Dijk. De ahí nuestra vida de las biomasas y el estilo de desarrollo, dio un giro a los textos, contextos, producción y comprensión del discurso, los roles socio-comunicativos, el léxico, las combinaciones discursivas de la oraciones, la coherencia, los actos de habla, y los turnos conversacionales o los simples cambios de tópico, los diccionarios de uso y la lectura de libros y la aplicación de instrumentos en la escuela.
La parte que más me gustaba de esta investigación era la que nos colocó de frente ante el material didáctico todavía más usado en las escuelas públicas: los libros de texto elaborados por la Comisión de libro de texto gratuito. Por eso en alguna sesión con nuestra asesora le pregunté con mucha modestia si el título de la investigación era correcto. La respuesta fue más o menos ésta:
"Sí, por supuesto; lo que andamos indagando es si los libros de texto son los óptimos, si son competentes para nuestros niños de esa edad y escolaridad."
Entendí entonces que ella se refería a competencia como una vara a alcanzar; como una medida. Es una ejecución a la altura o no de alguien. Algo realizado en relación a algo. Un hecho a comparar.
3.- Necesidad y Ausencia
Seis años después en mi breve paso por la Secretaría del Medio Ambiente, la Revista Básica me pidió una aproximación a un deber ser del educador ambiental. Me sentía preparado para el desafío gracias a la visión panorámica que tenía del campo de la educación ambiental desde mi puesto de vigía, el panóptico que fue el Centro de Educación y Capacitación de la citada secretaría, al finalizar la década del siglo XX.
Fue muy grato encontrar gente tan distinta que se asumía educadora ambiental. Muchas visiones y formas de trabajo, diversas virtudes y tres necesidades y ausencias notables: no leían con suficiencia; tampoco documentaban por escritos sus logros y dificultades; y presentaban algunos problemas de comunicación y didácticos. El artículo que se publico se llamó Salmones y Competencias básicas de los educadores ambientales.
Lo de salmones era un homenaje a esos educadores que habían decidido, como vocación indómita y plenaria pasar su vida a contra- flujo, contra la corriente dominante. Del artículo aprendí que la competencia está asociada a la carencia y al desarrollo de elementos indispensables para cubrir esa necesidad.
4.- Niveles e incentivos
Soy humano y tengo placeres y pasiones, algunos de ellos son: el afecto por el otro, dar clase, estar con mi familia, correr en la playa, ver como sube el telón en el cine, leer y a veces escribir.
Sé, porque me ayuda la auto-crítica, el nivel que para cada uno de ellos alcanzo. Por ejemplo: a veces doy buenas clases, pero otras no estoy suficientemente para los míos. No me cansa ver tres películas en un día, pero a veces me duele escribir.
Por complemento humano, también tengo cosas que no me gustan: los horarios, escuchar estupideces, el excremento de las mascotas, las obras públicas, la televisión nacional, los impuestos, la desigualdad y manejar autos. Esto último lo hago porque vivo- qué remedio- en una sociedad/ciudad/calle/vida diseñada para autos: no me gusta y por consecuencia lo hago mal. Mi hijo Alain, cuando intento subir al volante en su presencia me dice: hay te va, pa. Me quito obediente y convenientemente. Aprendí a meter y sacar el pedal izquierdo, a espejear, a frenar con amarillo en el semáforo, a poner los parabrisas con la lluvia y hasta cambiar una llanta. Pero nunca seré piloto de fórmula uno. ¿Cuántos niveles de competencia abra entre mi forma de conducir y la del varias veces campeón alemán Michael Schumacher? No lo sé; seguramente infinitas. Pero si sé algo: a él le gusta conducir y a mí no.
Tal vez las competencias tengan que ver con otras variables como la aptitud, el tiempo dedicado, la paciencia, el esfuerzo, los incentivos, el saber en qué lugar estamos y dónde queremos estar, la pasión y la paciencia.
5.- La vida real y los ladrillos
Sin lugar a dudas, las conferencias con mayor asistencia en el Congreso Mexicano de Investigación Educativa (COMIE 2009), celebrado en el Puerto de Veracruz en septiembre, fueron las de dos españoles: Cesar Coll y Pérez Gómez. Más allá de una lectura malinchista de la atracción de estos pedagogos (que los españoles nos enseñen tauromaquia, no pedagogía, decía el filósofo Lora Cam) creo que el éxito se debió al tema. Así que ahí estuvimos como los católicos en la Plaza de San Pedro, ante el sermón en la playa.
Ambos desarrollaron el asunto de las competencias, que al parecer no sólo es una preocupación (caída quién sabe de dónde y por lo mismo limitada) sino internacional.
Los dos parten precisamente de un diagnóstico del estado (no muy halagüeño, más cerca de la descomposición) de la educación en el mundo. La gran coincidencia de ambos pensadores es que no todo es malo (ni totalmente bueno) en este enfoque. También estuvieron de acuerdo en que estamos ante un concepto poliédrico y polisémico.
Destaco algunos conceptos:
Por ejemplo Coll señaló que la competencia tiene que ser integral, práctica, estar fincada en la vida real y sobre todo contextualizada. Puso el ejemplo de la expresión oral: depende de dónde y con quien estemos para saber si alcanzamos alguna competencia. El centro en la vida real para este autor resulta muy positivo pero obliga a repensar la escuela toda.
Para Pérez Gómez nunca se debe asumir la competencia en forma mecanicista, sino en forma compleja, abierta y holística. En las competencias se involucran cuestiones como los hábitos, los afectos, la socialización, el compromiso, las tareas para la vida.
Por su parte Pozo- ya no en Veracruz, sino en la teoría- no es poco lo que exige para el término (Competencias para (con) vivir con el siglo XXI: 2008). Para él la competencia es:
"Un conjunto de recursos potenciales (saber qué, saber cómo y saber cuándo y por qué) que posee una persona para enfrentarse a problemas propios del escenario social en el que se desenvuelve."
Lo que queda claro, gracias a los colegas ibéricos es que estamos ante un concepto en construcción. En obra negra o incluso en los cimientos teóricos. No de una casa para ser habitada.
6.- Hacer y reflexión
El salón de clase y los grupos en los que me desempeño como docente han sido por largo tiempo mis grandes maestros. Como profesor mi hábitat, nicho y el ecosistema en el que me he desarrollado y sobrevivido tienen que ver con ese espacio y los seres humanos con los que trato de cumplir una tarea que nos ha sido asignada: formar y aprender. Educar me transforma, intentando cumplir la misión educativa.
En esa tarea me gusta innovar con ejercicios que voy tomando de aquí y de allá, y que modifico para que motiven a los alumnos a ejercer el pensamiento y manifestarse públicamente.
Cuento muy sintéticamente tres de ellos, de la que desprendo una pequeña reflexión.
a) Construcción
El primero lo practiqué durante toda la década de los ochenta principalmente con mis grupos de bachillerato, en diversas instituciones académicas. Lo tomé de esos cursos para maestros que nos obligaban a ir inter-semestralmente y lo fui modificando.
Le llamé Construcción y era más o menos el siguiente:
1. A los alumnos se les pide que escriban una palabra en el pizarrón. La primera que les venga a la mente. Los alumnos van pasando uno a uno.
2. El pizarrón se llena de palabras. Los alumnos leerán de manera general las palabras.
3. La verdadera innovación viene a continuación: dependiendo del contenido de la disciplina que se trate, se les pide a los alumnos que tomen algunas palabras para construir un enunciado lógico.
Reflexión: A lo que se llega, en principio, es algo muy obvio; el hacer pasa por el pensar. Lo que entonces se tiene que estimular es el pensamiento y después la acción.
b) Viaje a la India
La estrategia didáctica es muy sencilla: se les pide a los alumnos que elijan algo que desearían les regalaran en una fecha especial.
También aquí el pintarrón se va llenando de palabras que develan deseos largamente acariciados. Autos, juegos de video, perfumes, viajes, fiestas, celulares, balones, playeras, aparatos electrónicos, etc.
Al finalizar el listado. Sin mediar nada se les habla de Mahatma Gandhi y/o la madre Teresa de Calcuta: historia, biografía, principios, su práctica y sobre todo sus deseos.
La última actividad es una pregunta ¿Alguno de estos dos personajes cambiarían sus convicciones por alguna de las cosas que están anotadas?
Reflexión: Nuestro hacer tiene que ver con nuestro contexto, que nos marca una forma de ver y apropiarnos del mundo y sus objetos. Si nos asomamos a otros entornos y otras ideas, el hacer también se puede transformar.
c) La palabra educación
Más recientemente ya como formador de docentes, pero también en conferencias y pláticas, se me ocurrió preguntar sobre lo que significa la palabra educación (como ese viejo libro-conferencia del maestro Juan José Arreola, publicado en los setenta del siglo pasado). Irremediablemente se llena rápido el espacio del pizarrón y entonces pido cartulinas o cualquier otra cosa donde seguir anotando. Se han cubierto paredes enteras de auditorios con frases como las siguientes:
- La educación es permanencia; es el acervo cultural que pasa de una generación a otra;
- La educación es reproducir ideas, ideología, proyecto, formas de pensar , formas dominantes; hegemonía;
- La educación, desde otra arista, es lo que no se debe olvidar. Es historia, memoria y resistencia, es una coraza protectora a favor de lo construido;
- Es la estrategia sobre todo didáctica para estar donde nos soñamos como humanidad, país o individuo;
- Lo educativo es transformación y cambio;
- Es enseñanza, aprendizaje y la relación entre ambas: contexto y situación;
- Es una relación que se entabla entre maestro y alumno. Por tanto una relación de poder;
- La educación es sedimentación y exploración simultáneamente;
- La educación es un saber en constante movimiento; una espiral sin fin y sin freno;
- Para otros lo educativo son objetivos y metas muy bien redactados a favor del estudiante y el uso de nuevas tecnologías para alcanzarlos;
- Hay quien ve a lo educativo como piso firme y quien lo mira como campo minado, pantano o selva;
- Lo educativo es el camino para obtener el éxito o asegurar el fracaso;
- La educación puede ser también comunidad, territorialidad, ayuda mutua; como espacio para lograrlo junto con los otros, al mismo tiempo que los otros;
- La educación es el vehículo para la sociedad del conocimiento o el sitio para obtener certificados y acreditaciones, puntos y buenas notas;
- Es una violencia simbólica;
- Es institución y sistema;
- La educación es percepción, emoción y afecto;
- El hecho educativo adquiere a veces enfoque de valor agregado, otras de revelación profunda;
- La educación es panacea o nimiedad;
- La educación es escenario de materiales, prácticas, reflexiones, oposiciones, confrontaciones y soluciones;
- La educación es método, sistematización y disciplina.
- La educación es descubrimiento y significación;
- La educación es apropiación de conductas;
- Lo educativo es instrumento que pretende disminuir la desigualdad;
- La educación estandariza, modela y homogeniza; crea consenso;
- Educar es colaborar para encontrar significados e interrogarse sobre los mismos;
- La educación es cruce de caminos: superficie vistosa o profundidad modesta;
- Es el lugar de despegue de la revolución, la creación, el desarrollo, el futuro y la sustentatabilidad
A 352 años de que Juan Amos Comenio publicara su Didáctica Magna, Orbis Pictus (1658) e iniciara la Pedagogía como reflexión articulada sobre lo educativo, podemos decir que mucha agua ha corrido y seguirá corriendo sobre esa actividad sustantiva del hombre en este planeta y que reducir la educación a una palabra es un esfuerzo tonto, vano e inútil.
*Coordinador de la Maestría en Educación Ambiental de la Universidad Pedagógica Nacional. Unidad UPN 095. D.F. Azcpotzalco
1 comentario:
Felicidades a todos los colaboradores de Caminos Abiertos. (Mtro. Tona.- muy buen artículo)
:) Un abrazo
desde Tabasco
Sheila Rguez Zurita
Publicar un comentario