(Notas a partir de una entrevista a profundidad)
Indalecio Mejía Mejía* y
Fernando García Córdoba**
Entrevistar a un hombre de una vasta cultura y de finos modales es una empresa harto difícil, no sólo por sus múltiples ocupaciones y compromisos, sino porque uno se siente incomodo en razón de estimar que no se da la talla; mas si se trata de un hombre accesible, sencillo, atento a las preguntas que se le hacen, y que responde con calidez, serenidad y una fuerza lógica impecable que se aprecia en cada argumento, dispuesto a caminar por las calles y por largo tiempo, sin pensar en él y disfrutando del paisaje, recordando momentos de otras visitas, haciendo observaciones sobre el arte barroco y moderno en el centro histórico de la Ciudad de México, de la historia de los tres emperadores que todavía hubo después del inicio de la Independencia en nuestro país, etcétera, esa labor se facilita, aún y cuando el hombre del que estemos hablando sea el gran filósofo catalán Octavi Fullat i Genís.
La vivificante entrevista realizada al Dr. Fullat tuvo el objetivo de explorar brevemente su formación intelectual y su filosofía respecto a la educación. Dichos encuentros se llevaron a cabo el pasado 2 de noviembre del 2009 en dos lugares importantes: el lobby del Hotel Meliá, ubicado en Reforma, y la terraza del Hotel México, en el Zócalo capitalino, a los cuales hay que agregar una larga y confortable caminata para trasladarnos de ida y de regreso a ambos espacios. Muchos fueron los temas que se trataron en el transcurso de varias horas; sin embargo, para el presente artículo sólo interesa enfatizar la relación entre el humanismo de Fullat y su dedicación a la filosofía de la educación.
Hemos de advertir que las afirmaciones pueden finalmente ser el resultado de una mala interpretación de nuestra parte. Asimismo, nos limitamos a uno de los múltiples asuntos que abordamos en la plática, de tal forma que asumiremos las correcciones y críticas que se nos señalen. Algunos artículos del autor fueron revisados así como otras referencias; estos aparecen al final del trabajo, así como las preguntas guía para la entrevista realizada.
El propósito de las notas es proporcionar información que invite a leer a uno de los grandes exponentes del complejo quehacer que constituye la educación. La estructura del trabajo contempla los siguientes apartados: la trayectoria académica del autor, su formación intelectual y su filosofía respecto de la educación. Al final se coligen algunas conclusiones.
Por último, agradecemos la invitación hecha por la Mtra. Lucía Teresa García Córdoba, lo cual permitió el afortunado encuentro sostenido con el Dr. Fullat, haciendo posible una experiencia excepcional.
Trayectoria Académica
Octavi Fullat i Genis, Doctor en Filosofía por la Universidad de Barcelona (UB) obtuvo el grado con la tesis La moral atea en Albert Camus (1963). Nació en Alforga, Provincia de Tarragona, Catalunya, España el 12 de enero de 1928, sus padres fueron el Dr. Lluís Fullat y la Profra. María Genis.
El Dr. Fullat se ordenó como sacerdote católico de la congregación de los Escolapios, cuyos votos obligan a profesar la educación, —una tradición que viene del siglo XIV—. Ahí están sus primeros pasos en el manejo de idiomas, incluyendo los clásicos. Es también un viajero incansable, lo que le ha permitido conocer la cultura de más de 50 países.
A partir de 1958 se convierte en profesor universitario, primero en la Universidad de Barcelona, después en la Universidad Autónoma de Barcelona y, posteriormente, en la Universidad Ramón Llull. De la primera fue expulsado en 1966 por haber enseñado, en el aula, el marxismo y el existencialismo en contra de las disposiciones vigentes por parte de la dictadura del General Francisco Franco. Recibió una beca del gobierno francés para el curso 1970-71 en París donde aprendió, en el sentido amplio del término, de Lévi Strauss, Michael Foucalt, Jean Wahl y Aubenque. También ha sido profesor de doctorado en Strasbourg y Rouen, Francia.
Tiene en su haber varios premios importantes[1] y formó parte del Consejo Escolar (1989-93) y del Superior de Evaluación (1994-1999) de Catalunya. Es Doctor Honoris Causa por las Universidades del Valle de México (1992) y Educares de Santiago de Chile (1998). Ha sido asesor del gobierno portugués para investigaciones educativas (1998). Hasta el año 2000 había publicado 89 libros, entre los que destacan: Filosofías de la educación (1978), Las finalidades educativas en tiempos de crisis (1982), Verdades y trampas de la pedagogía (1992), Filosofía de la educación (2000) y Occidente: hontanares, sentidos, valores (2000). Su obra Filosofía de la educación ha sido traducida al alemán (1982) y al portugués (1995). A la fecha de la publicación del presente artículo habrá recibido el Honoris Causa de la prestigiosa Universidad Ramón Llul de Barcelona.
Formación Humanista
Este apartado se refiere a lo fundamental que acerca del hombre dijo alguna vez Ortega y Gasset: “El hombre es él y sus circunstancias”. Así también se pretende saber bajo qué circunstancias y quiénes influyeron en la formación humanista de Octavi Fullat.
Se inicia hablando de los primeros años de vida y de sus viajes por una gran cantidad de países; enseguida se hablará de los pensadores con los que tuvo contacto y de las lecturas que más le han impresionado; finalmente, se expondrá su compromiso social y su participación política.
Los primeros años de vida (infantiles y juveniles)
No hay la menor duda de que buena parte de la formación de Fullat inició en la familia: de su padre, médico de profesión, aprendió la precisión en el uso del lenguaje; de su madre, maestra, la práctica educadora y la enseñanza como actitud ante la vida. Más adelante, dichas cualidades le fueron de gran utilidad para escribir una de sus obras sobresalientes: La filosofía de la educación.
En su tierra natal se erigen monumentos históricos que impresionaron a Fullat: el Monasterio de Poblet, y la Catedral de Vic, esplendorosa ya en el siglo IX. La tierra que le vió nacer, Tarragona, se funda en la época de los romanos; posteriormente, en el siglo VIII, la invaden los árabes y la reconquistan los cristianos, cuatro siglos después. Esta influencia cristiana se pone de manifiesto cuando decide convertirse en sacerdote de la orden de los Escolapios. Tal compromiso existencial, sostiene, le ha insuflado un tono ético a su vida, aunque luego asumió una postura liberal, que le acarreó conflictos con diversas jerarquías eclesiásticas. Con ellos se formó en la escolástica y fue alumno de un destacado tomista, Jaume Bonfil, con quien estudió a Santo Tomás de Aquino, San Buenaventura y Eckhart; lo mismo ha revisado a Platón que a Kant. Asimismo, tuvo la oportunidad de aprender griego y latín, las dos lenguas insustituibles de la formación escolástica.
Así pues, sus años infantiles y juveniles los vivió en un ambiente campirano, bucólico; al mismo tiempo, la influencia cristiana se dejó sentir en la elección del sacerdocio en la primera etapa de su vida, aunque posteriormente renunció a ella para asumir una postura liberal. Sin embargo, la lectura de los clásicos tomistas dejó una huella indeleble en su formación intelectual, así como la competencia en idiomas.
El influjo de los viajes
Confiesa Fullat que es un viajero consumado: a lo largo de su vida ha viajado por múltiples geografías que lo han llevado a conocer la cultura de diversos países. Sus primeros viajes fueron a Francia e Italia en 1955. A México arribó, por primera vez, en el año de 1958 y desde entonces lo ha visitado en varias ocasiones, sobre todo después de haber recibido el grado de doctor honoris causa por la UVM. En una de esas visitas, en 1994, se encuentró casualmente con el surguimiento del Movimiento Zapatista ya que, justo en ese momento, se hallaba en un viaje cultural en Chiapas.
Para Fullat la inteligencia se despierta fundamentalmente al confrontar diferencias; una manera de hacerlo es conociendo culturas dispares. Según él, conocer al humano es conocerlo en su diversidad, en lo múltiple; la uniformidad es resultado de una dictadura. Y esto no es sólo producto de su reflexión sino que lo vivió en carne propia en la época de Franco, al ser expulsado de la universidad por sus convicciones políticas contrarias al régimen franquista.
De su formación cultural señala que ha sido en orden decreciente: francesa, clásica (latina, griega y hebrea), germánica, catalana y española. En cuanto a la cultura inglesa, dice, ha sido marginal.
Sus viajes son casi siempre para asistir a congresos y dictar cursos pero no desaprovecha la ocasión para conocer al país en cuestión. Uno de sus hobbies favoritos, subraya, es la paleontología. Esto explica que haya viajado a Tanzania en varias ocasiones.
Los contactos con los pensadores de su tiempo
Algunas de las fortunas de Fullat son el haber establecido contacto con grandes pensadores de su tiempo y su gran habilidad para aprender de ellos. Es sorprendente el número de intelectuales con los cuales ha interactuado intercambiando ideas. Conversó con Sartré, de quien asegura su rostro le facilitó la intelección de sus escritos; con C. Moller, director de su tesis sobre Camus. También trabajó con Y. Congar y H. Lefebvre en un congreso sobre cristianismo y marxismo (1965). Asimismo, quedó impresionado con grandes pensadores como A.Schaff, Gadamer y K. Lowith en un congreso de filosofía en el año de 1968. Los primeros contactos con los filósofos franceses J. Hyppolite y D’Hondt fueron en el año de 1969; ellos lo introdujeron al estudio de la filosofía de Hegel.
En el curso de becario en París (1970) estudió con Lévi-Strauss, Michael Foucault y Jules Vuillemin en el Colegio de Francia; en la Sorbona tomó cursos con Jean Wahl y Aubenque. Al filósofo Ayer lo conoció en una discusión que éste estableció con A. Schaff, a propósito del concepto de dialéctica (1973). A Levinas y sus discípulos los trató en el año de 1978. Otros destacados pensadores con quienes ha intercambiado puntos de vista son: Olivier Rebol, Chaim Perelman, Paul Ricoeur, Ylia Prigogine y Giuseppe Flores.
Las estimulantes lecturas
Los primeros autores leídos por Fullat pertenecían a la Philosophia perennis. También leyó Summa Theologiae de Tomas de Aquino y adviertió su fuerza en temas epistemológicos; de Eckhart retomó su concepto de “fondo abismal”. Asimismo, desde los años universitarios, las lecturas de Platón y Kant fueron imprescindibles. Cuando era estudiante en el bachillerato, algunos de sus amigos de izquierda lo pusieron en contacto con escritos marxistas como La sagrada familia, La ideología alemana y el Manifiesto…, entre otros. Sin embargo, se “desengaña” del marxismo (léase socialismo real) al visitar la Unión Soviética y Bulgaria en los años setentas.
En la búsqueda de otros caminos recurrió a Camus y Sartré. Con las lecturas de los estructuralistas como Strauss y Foucault reorientó su pensamiento. También leyó a Russell, Wittgenstein, Popper y Ayer pero no influyeron significativamente en su postura; en cambio la lectura del padre del psicoanálisis, Sigmund Freud, le ha inquietado sobre manera. Otra lectura que le impactó fue el Personalismo de Husserl y Levinas.
Como se puede apreciar ha sido amplia y profunda la formación humanista de Fullat: ha leído y asimilado a grandes filósofos, lo que le ha permitido contar con una vasta cultura, misma que ha puesto en juego en su obra y en las conferencias magistrales que ha impartido.
Compromiso social y participación política
A pesar de su paso por el sacerdocio, al cual le debe, dice Fullat, el tono ético de su vida, siempre ha sido un liberal independiente, por lo que no somete sus ideas a dogma alguno. Esto le ha generado problemas con diversas jerarquías eclesiásticas, anteponiendo siempre su conciencia al valor de las instituciones. En la época de Francisco Franco luchó contra la dictadura, lo que le valió, siendo profesor de la UB, la expulsión de la universidad por atreverse a “violar” las disposiciones oficiales. Incluso pasó por el tribunal acusado de ir contra el régimen político; todavía en 1971, la policía política española de la dictadura lo encerró varias horas para interrogarlo acerca del contenido de sus conferencias.
La filosofía de la educación
Su aproximación a los temas de la filosofía de la educación se lo debe a su formación de Escolapio. A partir de ahí inicia diversas investigaciones hasta publicar su obra clásica Filosofía de la educación en 1978.
De acuerdo con Fullat son tres las “líneas-fuerza” de sus investigaciones en el campo de la filosofía de la educación:
• Epistemología de las ciencias de la educación,
• Antropología pedagógica y
• Axiología-teleología de la educación.
El enfoque epistemológico lo aborda en dos de sus libros: Antropología filosófica de la educación y Política de la educación. En ellos se apoya principalmente en Kant, quien sostiene que el conocimiento es limitado y no puede superar al campo de la experiencia. Además, considera la influencia de Foucault y Khun en la construcción de su teoría del conocimiento. Para Fullat el conocimiento es, por definición, ontológicamente imperfecto; nunca se acaba de conocer el mundo. Ahora bien, ¿dónde ubicar y qué es la filosofía de la educación?[2] Esto lo trata en un artículo titulado Filosofía de la educación: concepto y límites (1987). Dicha disciplina no es ciencia, pero sí “saber del sentido y saber crítico”. Es una reflexión del para qué de la educación, de sus fines y objetivos.
Para Fullat la antropología educativa es el quehacer educador, un modelo o paradigma filosófico. Sostiene que el proceso educativo se intelige como “antropogénesis o creación-asimilación” de civilización histórica. Hace hincapié en el factor cultural del dato humano; el hombre es bíos y es polis, dice. Sin embargo, ese dualismo no le satisface y retoma la fenomenología existencialista (de Jaspers, Sartré, etc.) que le permite considerar el mundo vivido por el sujeto. Piensa que la historia es el lugar donde el ser humano construye su identidad, jamás concluida; luego señala que no se da educación o antropogénesis sin violencia y formula una tesis realmente impactante: es inevitable la presencia del tormento y de la violencia en el fenómeno antropogenético-educativo.
La tercera y última línea de investigación en Fullat está centrada en la axiología y la teleología. Recuerda que su primera incursión en la cuestión axiológica data de su tesis doctoral sobre la moral atea en Camus (1963). En ella plantea el tema de una moral sin Dios, derivada del estudio de Camus, en particular de su obra clásica El extranjero escrita en 1942. En este sentido el Dr. Fullat subraya: “a pesar de la Ilustración, la humanidad vive en la barbarie”.
No le convencen Horkheimer ni Adorno en la búsqueda de cómo fundamentar los valores. Escribe varios artículos, incluso libros, donde trata el tema, y llega a la conclusión de que los valores son imposibles; sostiene que la educación en valores ha fracasado porque sólo se ha tratado de demostrar (sin lograrlo), en vez de mostrar con hechos. Se explica: para que la educación en valores tenga realmente éxito debiera mostrar y sólo se muestra mediante el ejemplo. Pero esto último, afirma, no se hace porque por un lado está el discurso y, por otro, está la realidad que se vive y es opuesta a lo que se quiere comunicar.
Conclusiones
Considerando las ideas expuestas sobre el pensamiento de Fullat, de sus avatares y encuentros con grandes personalidades que han hecho época en la historia del pensamiento humano, se coligen las siguientes conclusiones.
El origen de la formación humanista de Octavio Fullat procede de su familia, para consolidarse durante su vida de Escolapio y, después, como profesor e investigador en la Universidad de Barcelona; así también, es fruto de la gran influencia recibida por renombrados pensadores franceses y de otras latitudes en quienes, al interactuar, ha buscado siempre encontrar respuestas a las dudas que le inquietan y continúan manteniéndolo en constante reflexión. Además, el compromiso social y político de corte liberal que ha asumido lo hace una persona congruente entre su decir y actuar, cuyas consecuencias ha asumido sin cortapisas.
La vasta formación humanista de Fullat, su amplio conocimiento de las culturas clásicas, así como la competencia en idiomas le han permitido incursionar en una de las áreas más comprometidas, delicadas y complejas del conocimiento humano: la educación. Para ello se ha valido de su profundo conocimiento filosófico que lo ha orientado en la reflexión epistemológica, antropológica y axiológica en relación con la misma.
Su tesis de que la educación en valores ha fracasado porque el discurso es uno y otra la realidad imperante es de gran importancia para la enseñanza en nuestro país y el mundo ya que, como lo advierte nuestro entrevistado, no podemos ignorar que sólo se puede educar mostrando; es decir, con el ejemplo.
Una lectura cuidadosa del escrito que hemos presentado permite desprender, sin discusión, que el Dr. Fullat muestra de una manera espléndida y precisa su filosofía. A través de su decir y hacer vemos una pasión, una entrega total a la teoría y práctica de la educación. Nos escucha, nos mira y nos muestra, con todo su ser, que para lograr educar se tiene mucho que aprender, y sólo entonces se puede ser capaz de dar, de compartir grandes ideas durante horas que parecen breves instantes pero que constituyen inolvidables encuentros de sabiduría. Enhorabuena Dr. Fullat, esperamos algún día poder retribuir su generosidad.
Después de esta pequeña muestra del pensamiento de Fullat esperamos quede abierta la invitación para conocer a este gran hombre al que mucho debe la educación; para ello los conminamos a visitar su página web:
http://www.octavifullat.com/
Notas
1. Estos son: el Premio de Pedagogía “Antoni Balmanya” (1964), Premio “Julio Marial” (1968) y Premio “Vicens vives” (1998).
2. Es uno de los tres componentes del saber integrador de la educación, los otros dos son la teoría de la educación y la pedagogía fundamental.
Referencias
Balcázar et al (2007). Investigación cualitativa. UAEM, México, págs 57-91.
Bucci, Sante (s/f). “Bio-bibliografía de Octavi FULLAT i GENÍS”. Traducción de texto sacado de Enciclopedia pedagógica dirigida por Mauro Laeng, Editrice La Scuola, Roma, Italia.
Camus, Alberto (1995). El extranjero. Editorial Altaya, Bracelona, España.
Fullat, Octavi (1987). “Filosofía de la educación: concepto y límites”. Revista Educar, 11(1987), págs 5-15, Universidad Autónoma de Barcelona, España.
____________ (1995). “El educar como absolución imposible o el fracaso teleológico”. Rassegna di Pedagogía, Estratto 2 (aprile-giugno 1995), Istituti Editoriali e Poligrafici Internazionali, Pisa, Roma, Italia.
Anexo.
Guía de la Entrevista a Octavio Fullat Genís
Objetivo: Conocer la formación intelectual del entrevistado y su filosofía de la educación.
I. Biografía de su formación intelectual
1. ¿Qué recibe Fullat de sus progenitores?
2. ¿Cuál es el medio en el que se desenvolvió durante sus primeros años de vida?
3. ¿Qué papel han tenido sus frecuentes viajes en su formación intelectual?
4. ¿Con qué intelectuales ha intercambiado puntos de vista y de quiénes percibe mayor influencia?
5. Particularmente, ¿Con quienes de ellos trabajó directamente? ¿Qué enseñanzas recibió de ellos?
6. ¿Qué lecturas le han impactado a lo largo de su vida?
7. ¿Cuál ha sido su participación política en España?
II. Filosofía de la educación
8. ¿Por qué tan interesado en la filosofía de la educación?
9. ¿Cuáles son las grandes líneas de su investigación educativa?
10. ¿En qué consisten cada una de ellas?
11. ¿Por qué su interés en la obra de Camus?
12. ¿Cuál es su opinión en torno a la educación en valores?
*Estudiante de la Maestría en Ciencias en Metodología de la Ciencia por el CIECAS del IPN.
** Doctor en Psicología Social por la Universidad Autónoma de Madrid, España. Profesor investigador del CIECAS del IPN